Magia e inclusión para los más chicos

sábado, 5 de junio de 2010

La Linterna Mágica es un club de cine para chicos que nació en Suiza en 1992, y que desde el 2008 nuclea en Buenos Aires a unos 250 chicos que participan, un sábado al mes, de una función teatral y cinematográfica en la Ciudad Cultural Konex de la Capital Federal.
El club porteño es el primero en Latinoamérica y representa, para sus pequeños miembros, un lugar de pertenencia y aprendizaje en el que se expresan y aprenden a través de sus propias experiencias y emociones con la pantalla grande.
Dentro de este marco de educación no formal, la Linterna Mágica junto a Arte en Red, (una iniciativa de Red Solidaria y Casa de la Cultura de la Calle), crearon un plan de becas para abrir las puertas del club a chicos socialmente desamparados, muchos de los cuales jamás han entrado en una sala de cine.
“Los que hoy son niños serán los artistas y líderes de los próximos años y como tales consideramos que apuntar a su emoción y su mente abierta es tan importante como darles de comer o de vestir”, dice Demián Adler, uno de los directores de La Linterna Mágica en Buenos Aires.
Las funciones son sólo aptas para miembros de entre 6 y 12 años, y comienzan con una obra a cargo de un grupo de actores que ayuda a los chicos a descubrir por sí mismos las maravillas del cine en general y del film puntual que verán esa tarde. Así, al momento del apagón, todos cuentan con herramientas para entender y captar la obra de arte en todas sus formas, convirtiéndose en pequeños espectadores que aprenden a ver cine y, sobre todo, a compartir experiencias e ideas con otros chicos de su misma edad.
“Lo importante es que el factor común entre todos los chicos que participan, con o sin recursos, es la infancia y el arte; allí todos pueden llamarse niños y artistas”, explica Soledad Maceira, psicóloga infanto-juvenil.


Cómo becar a un chico

Por medio de Ticketeck o en la boletería del Konex, cualquier persona desde todo el país puede comprar una membresía de cien pesos por única vez, y becar a un chico sin recursos económicos a un año de participación en La Linterna Mágica, brindándole la posibilidad de involucrarse activamente con el arte y, sobre todo, invitándolo a formar parte de un marco educativo.
“Estos emprendimientos posibilitan el tejido de redes de sostén y de vínculos con otros, lo que le permite a los niños el armado de una identidad, ya que ser socio implica pertenecer y ser valioso para un grupo”, explica Maceira.

Todo niño tiene un nombre

Dos semanas antes de la cita, los chicos reciben en sus domicilios una revista que les adelanta información y curiosidades sobre la película que verán en la siguiente función. Los títulos varían desde El Mago de Oz de Víctor Fleming, hasta La Quimera del Oro de Chaplin con orquesta en vivo. En cada encuentro el grupo profundiza en temas como la adaptación literaria, los diferentes géneros cinematográficos y la realización del film, entre otros.

“La posibilidad de comprar una membresía significa que durante un año un niño con poco contacto con el arte asistirá a las nueve funciones de teatro y cine, compartiendo un marco no competitivo con todo tipo de chicos y recibiendo la revista en su casa u hogar. Este punto es importante porque en muchos casos hablamos de niños sin padres, que al recibir un sobre a su nombre refuerzan su identidad independiente del hogar donde hoy viven,” opina Demián.

La iniciativa de La Linterna Mágica y Arte en Red es una oportunidad para chicos y adultos. Para los que ayudan siempre y para los que dan una mano de vez en cuando; para quienes donan ropa, alimentos y juguetes cada año, pero apuestan sobre todo al arte, la educación y la inclusión, como verdaderos motores de cambio.


Denise Diment.


El Club de Cine de los chicos









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